Sobrevivir cueste lo que cueste

Caminan con la resaca digna a los días finales de una batalla, sus ojos parecen estar detenidos, sus pensamientos se encuentran latentes inmersos en un eterno letargo que solo sueña con el ultimo minuto dentro de la casa.

La voluntad de cada uno está siendo consumida a extremos exorbitantes y ya no hay espacio para la risa, la simpatía, lo que conviene o lo que se debe hacer.

Yuna, Ferico y Sergio son los desafortunados que corren riesgo de quedar afuera de la pelea por la victoria, a escasos días de terminar el juego.

Para una persona aislada del mundo exterior y destinada a vivir con gente que no eligió, estos son los momentos más pesados, desalentadores y difíciles de toda la estadía.

Sin embargo es inevitable ser concientes de que todos lucharon y se pusieron como objetivo no salir de la casa hasta el último momento. Para todos ellos es más que importante permanecer adentro por más que eso signifique aburrimiento, cansancio emocional y hartazgo crónico; porque esto es un objetivo que se plantearon y no lograrlo es considerado un fracaso.